Colaboradoras

Beny es estilista profesional, originaria de un pueblo en Veracruz. Tiene 43 años de edad y dos hijos. En su primer matrimonio, sufrió violencia económica y psicológica por parte de su pareja. A pesar de la situación, Beny tomó la decisión de trabajar en el campo y de esta manera pudo concretar sus estudios, así como obtener el título de estilista profesional. Posterior a esto, decidió separarse de su pareja.

Gracias a una amiga, fue capaz de tomar la decisión de trasladarse hacia Estados Unidos. Aunque al inicio moverse era solo un tema que salía entre pláticas, unos meses después se hizo realidad. Migró en 2004, cuando ella tenía 26 años, y retornó a Veracruz en 2009.

Gaby es originaria de la Ciudad de México. Tiene 46 años de edad y es soltera. Su principal motivación para migrar fue la falta de empleo y dinero para vivir. Poseía numerosas deudas bancarias y consideraba que solo las pagaría si se iba para el Norte. Expresa que, pese a conocer los peligros a los que podía enfrentarse, asumió los riesgos por sus necesidades monetarias.

A través de su propia visa de turista, Gaby logró llegar a California, Estados Unidos. A lo largo del camino, aunque no tuvo contacto con polleros u otros migrantes indocumentados, comenta que el trato de las autoridades estadounidenses hacia ella siempre fue despectivo.

A los tres meses de su estadía culminó su contrato laboral. Al no encontrar un trabajo de manera inmediata y haber pagado sus deudas en México, decidió regresar.

Pilar es enfermera originaria de Michoacán, México. Tenía 42 años cuando decidió migrar; es soltera y sin hijos. Tanto ella como su familia vivían en un contexto de pobreza, por eso desde muy joven se esforzó por conseguir y tener mejores condiciones de vida.

A pesar de que su padre intentó desmotivarla para que se dejara de estudiar, Pilar logró terminar su carrera de enfermería. Ejerció su profesión y cuidó a las mamás de los doctores e ingenieros que la solicitaron. Tiempo más tarde, con la liquidación del último trabajo, decidió migrar hacia Estados Unidos con su madre para visitar a los sobrinos; descansar del desgate físico y mental que su hermano con esquizofrenia generaba y finalmente, olvidar la muerte de su padre.

Hasta la fecha, Pilar y su madre continúan en el Norte y llevan 15 años fuera de México.